viernes, 2 de marzo de 2012

¡Vivan las Antípodas! ¡Viva Ambulante 2012!

RESEÑA
 
 Ayer por la noche, la gira de documentales Ambulante 2012 arrancó en Puebla con la proyección de ¡Vivan las antípodas! (Alemania-Argentina-Holanda-Chile / 2011).

Dirigido por Victor Kossakovsky, el documental tiene como hilo conductor los contrastes y similitudes entre cuatro pares de antípodas -lugares ubicados diametralmente opuestos en la Tierra).

Tecnicamente brillante, Kossakovsky -quien también hace la cámara- nos regala desde el inicio un trabajo contemplativo que, por su cuidada manufactura, nos sumerge por instantes a un universo visualmente parecido a una ficción.

Aunque la cinta nos lleva de la mano a ocho lugares distintos, los únicos personajes que nos presenta "formalmente" son al par de hermanos Pérez, cuidadores de un puente en Entre Ríos, Argentina, antípoda de Shanghai, China -donde también figura un puente, un tanto más transitado que el desértico paraje rural sudamericano. A partir de su tiempo en pantalla y de sus reflexiones sobre la vida, el público termina por tomarles cariño a estos hermanos -Me pidio la motosierra, pero le dije que no marchaba. La motosierra es como la mujer de uno, che: nunca se presta.

Utilizando cámaras de cabeza, movimientos de grúa sorprendentes y el reflejo de su antípoda sobre la superficie del agua, el documental juega -lo mismo que los hermanos Pérez- con esta idea de que los chinos están a millones de metros bajo nuestros pies (o la nacionalidad que nos corresponda de acuerdo a nuestra ubicación).
Los hermanos Pérez, filosofando sobre la vida
Norte que se convierte en sur. Arriba que deja de serlo. Abajo que nunca sabemos. Día y noche conviviendo en equilibrio perfecto. Lava que se transforma en piel de elefante. La vitalidad de una mariposa y la agonía de una ballena varada. Contrastes, similitudes y sorpresas que nos ofrece este trabajo en sus 105 minutos de duración a partir de una estructura narrativa muy precisa durante los primeros minutos que, por desgracia, se va desdibujando poco después de la mitad.

Los patrones y expectativas visuales que construye Kossakovsky con maestría en la secuencia de inicio con Argentina y China se empieza a tambalear y, por momentos, las imágenes y situaciones -siempre impecablemente retratadas- no son suficientes para mantener la atención hacia el final.

A pesar de este problema de edición -probablemente achacable a que el propio director (y fotógrafo) se encargo de montar la película- la poesía de las imágenes, el cuidado en toda la banda sonora -música e incidentales por igual- y los planteamientos básicos de todo el proyecto -¿qué tan parecidos o qué tan distintos somos de "los otros"?- son suficientes para amar este documental.


Durante su paso por Puebla, ¡Qué vivan las antípodas! podrá ser visto en 3 ocasiones, a saber:
DOMINGO 4. Cinemateca Luis Buñuel, 15 horas.
JUEVES 8. Instituto de Comunicación Especializada, 12 horas*
JUEVES 8. Complejo Cultural Universitario de la BUAP, 18 horas*

*Función con la presencia del director, Victor Kossakovsky.

V. Kossakovsky

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